ORIENTACIONES PARA EL RECIEN LLEGADO A LA RADIO
Diexistas de “a pie”
Una de las actividades más emblemáticas de la radioafición es, sin duda, el diexismo. Alcanzar la máxima distancia posible enlazando con otra estación lejana es una atisfacción parecida, supongo, a la del jugador de fútbol cuando marca un gol.
En realidad, una de las consecuencias directas de la investigación y experimentación tecnológica de la radioafición, es lograr comunicados lejanos con equipos y antenas de reducida potencia, comparándolos con las grandes instalaciones comerciales o militares. Sin embargo, mientras en las bandas de HF el DX es algo frecuente y está al alcance de la mayoría de los aficionados que dispongan de un transceptor de HF y un sencillo dipolo, parece como si en las bandas de V-UHF esta posibilidad estuviera fuera del alcance de la gran mayoría, que se autolimita a comunicados locales o de corta distancia y cuando desean llegar un poco más lejos, no se les ocurre otra opción que la del repetidor urbano o interurbano.
Uno de los mitos más extendidos dice que, si se quiere practicar el diexismo en V-UHF, ha de poseerse un equipo con BLU (Banda Lateral Única o SSB) y una instalación de grandes antenas directivas con polarización horizontal, con su motor para rotación direccional y una torre en lo más alto del tejado. Evidentemente, una instalación de estas características no está al alcance de cualquier radioaficionado medio, que ha de resignarse a escuchar tonterías tales como que con un equipo de V-UHF en FM, no se puede practicar el diexismo. Esta aseveración es totalmente falsa y carente de todo fundamento, como se verá en las siguientes líneas. Evidentemente, con un transceptor SSB, una antena direccional de 17 elementos, un cable coaxial de bajas pérdidas, un preamplificador de recepción de bajo nivel de ruido y un amplificador lineal de potencia de un kilovatio, se puede llegar bastante lejos pero, con un equipo de FM, una antena vertical colineal y un cable “normal” como el RG213 ó RG-8U, también pueden conseguirse buenas distancias y disfrutar de un diexismo moderado pero muy gratificante.
Si su estación de radio es parecida a la que acabo de describir, no se complique más la vida, pues ya tiene suficiente. No gaste dinero en “previos” Los diexistas de FM no necesitan esta clase de accesorios, ni preamplificadores de antena o de micrófono. Es más, su uso puede ser contraproducente. Tampoco necesita un amplificador lineal de potencia. Los cincuenta vatios que suministran los equipos actuales en VHF o los 35 W en UHF, son más que suficientes para llegar muy lejos. Mucho más de lo que se imagina. En cambio, lo que sí necesita es prepararse usted mismo/a pues, en realidad, el DX se consigue gracias a la habilidad del operador, no por una excesiva potencia. Sin embargo, debe mantener su estación en las mejores condiciones posibles. El cable coaxial no es eterno. Si han transcurrido más de cinco años desde que lo instaló, empieza a ser hora de cambiarlo. Cuando lo haga recuerde todo lo que aprendió hace años, leyendo esta misma revista. De todas maneras, le voy a refrescar la memoria para ganar tiempo o, en el caso que empiece ahora en la radioafición, lo haga conociendo las cosas más elementales de la técnica.
Ese cable es el encargado de transportar hasta la antena la energía de radiofrecuencia que genera su transceptor, y conducir las ondas que capta ésta hasta el receptor. Para ponerle un ejemplo, imagine que el cable coaxial es la “carretera” que conduce las ondas. Si está en mal estado, llena de baches, grietas y curvas cerradas, lo más probable es que su vehículo acabe sufriendo alguna avería e incluso un accidente que le impida llegar a su destino. Algo parecido ocurre con el cable coaxial. Si es de mala calidad o está en mal estado, las pérdidas de energía pueden llegar a ser tan importantes que la RF de emisor no llegue a la antena en cantidad suficiente o las señales que ésta capta queden tan atenuadas que el receptor no las pueda escuchar.
Compre un cable coaxial de buena calidad. El dinero que había ahorrado para comprarse un amplificador lineal de potencia o una antena vertical “con muchos debés de ganancia” inviértalo en la adquisición de un buen cable coaxial. El mejor que su economía le permita. Luego, instálelo bien. De la misma manera que busca una mesa, una lámpara y un sillón cómodos para instalarse frente a su equipo de radio, y le saca personalmente el polvo casi a diario, mime de la misma forma su cable coaxial. Procure que las curvas sean amplias y que el cable no esté retorcido.
No deje que el cable coaxial baje en “caída libre” desde la azotea hasta su piso. Si ha tenido que cargarlo, se habrá dado cuenta que pesa bastante; pues imagínese todo este peso colgado de una brida allá en lo alto del edificio, sin ningún otro soporte. ¿Cuánto aguantaría usted colgado de esta manera? Pues el cable coaxial también sufre. Cuando está mal instalado, su propio peso hace que se estire. Si se estira, adelgaza y, por lo tanto, varia la impedancia, apareciendo misteriosas ondas estacionarias que nadie sabe explicar. Si lo curva demasiado, se aplasta y, de nuevo, aparecen lecturas de ROE “inexplicables”
En numerosas ocasiones y con diversos propósitos es necesario o conveniente identificar la posición geográfica de una estación de radio. El formato habitual de la posición geográfica, por latitud y longitud, incluso limitado a grados y minutos, es generalmente demasiado largo y sujeto a errores de transmisión.
Además, muy frecuentemente no es necesaria una gran precisión en esa posición (ni a veces es posible determinarla), y es suficiente situar la estación en un recuadro de dimensiones manejables.
La IARU tiene establecido un sistema de cuadrícula que cubre la mayor parte del planeta y que se ha revelado útil para numerosas aplicaciones de radio. Propuesto por primera vez en Maidenhead (Reino Unido) en 1980, tiene tres niveles de precisión, según el tamaño del recuadro escogido.
Los recuadros mayores del sistema de cuadrículas tienen diez grados de latitud por veinte de longitud. Cada recuadro mayor se define por dos letras mayúsculas, de la A hasta la R hacia el Este a partir del meridiano 180º y de la A hasta la R de Sur a Norte. La Península Ibérica, por ejemplo, está incluida en los recuadros IN, IM y JN. (Figura 1). Cada uno de esos recuadros mayores, que cubre un grado de latitud y dos grados de longitud geográfica, está a su vez dividido en cien cuadros menores, que se identifican con dos cifras, del 0 al 9 de Oeste a Este y del 0 al 9 de Sur a Norte. (Ver figura 2).
Figura 1. Las cuadrículas mayores del sistema QTH Locator abarcan prácticamente toda la superficie del Globo y están identificadas por un grupo de dos letras. (Gráficos de <www.qsl.net/ei8ic/maps/gridloc/html>)
Figura 2. El segundo nivel de subdivisión está formado por cuadros de un grado de lati-tud por dos grados de longi-tud, identificados por un gru-po de dos cifras.
Figura 3. La última subdivi-sión del sistema QTH Loca-tor comprende rectángulos de 2,5 minutos en latitud y 5 minutos en longitud, que co-rresponden aproximadamen-te a 4,63 y 5,5 km, respecti-vamente en la Península Ibérica.
Para proporcionar una mayor precisión, cada uno de esos cien cuadros está a su vez subdividido en otros 576 (24x24 en cada uno de sus ejes), cada uno de los cuales abarca 2,5 minutos de latitud por 5 minutos de longitud. Estos cuadros menores se identifican por dos letras minúsculas, de la “a” a la “x”, de Oeste a Este y de Sur a Norte. (ver figura 3).
Con este sistema, una estación puede ser localizada en un cuadro que mide menos de 5,6 millas náuticas en cualquier lugar de la superficie del Globo (excepto en las proximidades del ambos Polos). Es preciso tener en cuenta que mientras que en la latitud cada minuto de arco corresponde casi exactamente a una milla náutica (1.852 m), en la longitud esa correspondencia no es exacta más que en las proximidades del ecuador; a medida que nos aproximamos a los polos, la distancia correspondiente a cada minuto de longitud geográfica disminuye según el coseno de la latitud. Así por ejemplo, en París, cada minuto de diferencia en longitud supone sólo 1.309 m.
Puede usar tramos curvados de tubo de PVC de fontanería para guiar las curvas de su coaxial. Instale un cable de acero como guía y soporte para la bajada hasta su domicilio, atando convenientemente el cable cada metro, sin estrangularlo. Si lo hace todo bien, verá que estaciones que antes ni siquiera oía, ahora llegan nítidas a su receptor. De la misma manera, sus compañeros/as de radio quedaran asombrados/as cuando vean la potencia de su señal.
Si alguien le ha dicho que la mejor antena para el diexismo en V-UHF es la de polarización horizontal, no le ha mentido, pero nadie puede afirmar que una antena vertical no sirva para realizar buenos contactos lejanos. Si embargo, su antena también ha de estar bien preparada. Cada antena tiene unas
características determinadas que no conviene sobrepasar; me refiero, sobre todo, a los excesos de potencia. Habitualmente, una de las cosas que diferencia una antena de buena calidad de otra parecida pero más barata, es la capacidad de radiar más o menos potencia, en función de los elementos conductores que las componen. Si en su momento prefirió comprar (o construirse) una antena sencilla, que sólo debía aguantar cien vatios y, experimentando, le suministró el doble durante demasiado tiempo, lo más probable es que esté averiada o a punto de estarlo. Tal vez aún la pueda recuperar, desmontándola y limpiando sus contactos y partes deterioradas. Una manera sencilla de comprobar el estado de su antena es intercalando un medidor de ROE entre la base de su antena y el cable coaxial. La lectura resultante será, verdaderamente, la de su antena, no como ocurre frecuentemente, cuando instalamos medidor de ROE “abajo”, al lado del equipo. Si su antena le da problemas, lo mejor es que la cambie
por otra nueva. Tiene dos opciones: o bien se compra una comercial, de buena calidad, o bien se construye usted mismo/a otra, que probablemente, le dará tanto o mejor resultado que la de la tienda. Personalmente, le aconsejo esta última opción. Todo radioaficionado/a que se precie, debería construir, al menos, una antena en su vida. Si lo hace una vez, ya no podrá dejar de hacerlo. (¡Ah! Y recuerde que las antenas no se “autoconstruyen”, ésta es una expresión poco afortunada que deberíamos desterrar de nuestro léxico). Construir antenas uno/a mismo/a, “engancha”. Lo que se aprende en un proyecto constructivo de antena le servirá de mucho en el futuro, y no lo olvidará nunca más.
Si ya ha pasado algunas semanas preparando convenientemente la instalación exterior, ahora le toca el turno a la parte interior. No importa que su equipo tenga algunos años de antigüedad.
Es “su” equipo y nadie mejor que usted lo conoce y sabe sacarle el mejor rendimiento. Sin embargo, hemos de repasarlo un poco. No se preocupe, no voy a decirle que lo abra. A no ser que sea usted un/a técnico/a especialista en electrónica, es mejor que no quite la tapa. Pero puede hacer otras cosas muy simples, pero que todas juntas recuperaran su viejo transceptor.
¿Fuma? Mal asunto. El tabaco perjudica seriamente la salud de usted y la de las personas próximas y, también “tapona” el micrófono. Obsérvelo por la parte de atrás. Mire que tipo de tornillos lleva y busque el destornillador adecuado. Provéase de una cajita, por ejemplo, la tapa de una caja de zapatos. Ésta será su “mini banco de trabajo”. Ponga dentro de ella el micrófono y los tornillos que vaya sacando, así no se le caerán de la mesa ni los perderá. Vaya despacio, sin prisas. Fíjese como está montado internamente y, si hace falta, dibuje un esquema, para que no se le olvide. Retire la cápsula microfónica y verá con horror cómo está de impregnada de nicotina. Si está sucia y maloliente, imagínese sus pulmones... Límpiela con un palito de algodón y unas gotas de algún producto de limpieza. Tal vez le sirvan unas gotas de alcohol. Si no fuera suficiente, substitúyala por una nueva. No es difícil. Compruebe los contactos del botón de conmutación, (eso que algunos llaman Máic, sin saber muy bien por qué).
Repase ahora el cable y la clavija de conexión al equipo. Fíjese si está retorcido o roto. Averigüe si algún cablecillo o soldadura están defectuosos o dañados. Repárelo. Siempre debería tener un micrófono de recambio. Son muy fáciles de construir. Puede hacerse incluso con los interruptores que llevan algunas lámparas intercalados en el cable eléctrico. Es una caja barata y muy eficaz.
También hemos de “reciclar” al operador para que, cuando llegue el momento, sepa responder adecuadamente a los requerimientos del diexismo en FM. Si usted quiere, de verdad, dedicarse al DX de una manera seria, debe olvidarse de los malos hábitos operativos que imperan en los comunicados locales y, por supuesto, prometerse a sí mismo/a que jamás volverá a “pisar” un repetidor.
Lo primero que debe hacer es averiguar su QTH Locator, que suponemos ya sabe es una manera de codificar la posición geográfica. Existen multitud de programas para radio que llevan incorporada esta utilidad. Si desea uno que lo haga en exclusiva, puede descargarlo, por ejemplo, desde la página: <http://www.klaus.fengers.de/ qth.html>. Busque su situación geográfica (latitud y longitud, en grados y minutos) en un atlas, la necesitará para convertirla en las coordenadas del locator. Saber su QTH Locator le ayudará a conocer con exactitud la distancia entre usted y la estación con la cual realiza el contacto. Si usted vive en una “cuadrícula” con poca actividad de radio, probablemente correrá la voz y, sin darse apenas cuenta, tendrá un montón de radioaficionados llamándole.
Antes de que esto ocurra, debe prepararse para hacer frente a su “pile-up”. Tenga a mano papel y lápiz o, mucho mejor, un programa informático como el que se usa en los concursos, para que pueda introducir los datos de cada contacto. Si quiere disponer de uno de los mejores, le recomiendo Radioges, escrito por EA4YG, que puede encontrarlo en
<www.radioges.com>.
Provéase de unos buenos auriculares, mejor si disponen de un sistema de cancelación de ruido externo. Para practicar el diexismo, debe “educar” sus orejas, de manera que sepan distinguir las palabras en medio del ruido de la banda.
Ahora debe hacer dos cosas que, tal vez no haya hecho nunca. La primera es tomar el Plan de Banda de VHF y buscar cuáles son los canales simples y/o de llamada en FM. Algunos radioaficionados “efemeros puros” no tienen ni idea que exista tal Plan, ni les importa. Visite la página de la Unión de Radioaficionados Españoles, URE <www.ure.es> y lo encontrará fácilmente. No es otra cosa que la distribución de las frecuencias según los modos de utilización.
La segunda cosa es aún más importante para conseguir un buen DX. Localice en el frontal de su transceptor un botón rotulado con la palabra “Squelch” (o en ocasiones, simplemente SQ). Si es un mando giratorio, gírelo sin miedo hacia la izquierda. Pero hágalo con el volumen del altavoz reducido a un nivel aceptable para sus oídos. Escuchará un ruido como si tuviera una sartén friendo aceite; esto es el “ruido de banda” El buen diexista nunca lleva el squelch (silenciador) cerrado pues, aunque le parezca extraño, entre este ruido llegará a ser capaz de escuchar voces y conseguir contactos que antes eran impensables. Si su equipo lleva el mando del silenciador en forma de submenú, desactívelo o póngalo a cero. Si un mando tan importante como el silenciador va oculto en una función secundaria, ya puede hacerse una idea de cómo tiene catalogados los fabricantes a los usuarios de estos pequeños equipos portátiles, que algunos llaman alegremente “gualquitalqui” o, quizá “guarqui” o “tarqui”, sin saber tampoco por qué.
Bien, ya casi está a punto de lanzarse al vacío sin red. Va ha hacer ahora algo que muy pocas veces se oye en VHF-FM. Carraspee un poco. Tómese un sorbo de agua. Aclare la voz y, cogiendo el micrófono con la mano que no usa para escribir, diga claramente y despacio, las palabras mágicas que todo buen radioaficionado no debe olvidar nunca: “CQ. CQ, CQ, de ...”. No espere una respuesta rápida a su primera llamada. Tal vez nadie le conteste durante las primeras cien (o mil) primeras llamadas. Hasta puede ocurrir que algún “usuario” se extrañe y le dé una reprimenda por usar palabras secretas. No se asombre, hay quien, teniendo licencia desde hace años, jamás ha llamado CQ. Ni caso. Siga con sus llamadas. Explíquelo a sus amigos. Propague el rumor que está intentando hacer diexismo en FM. Verá que dentro de poco tiempo empezará a recibir contestaciones desde zonas cada vez más lejanas. Usted se habrá convertido en un pionero. La gente acudirá a usted para que le cuente cómo ha logrado hablar con una estación situada a más de cincuenta o cien kilómetros sin usar el repetidor local. Muestre con orgullo las tarjetas QSL recibidas y enseñe la suya, preparada para enviarla a su último contacto DX que acaba de realizar ante los asombrado ojos y oídos de sus compañeros de radio, que ignoraban que con un equipo de VHF-FM podían hacerse tales cosas y llegar tan lejos. Pronto le llamarán de un radioclub para que dé una conferencia sobre diexismo urbano. Tal vez aparezca algún periodista despistado que, escuchándolo, descubra la radioafición y escriba el reportaje de su vida.
Saque provecho de su equipo de VHF que tanto dinero le costó y que hasta ahora había estado infrautilizado. Conviértase en un radioaficionado de verdad. Construya antenas y practique el DX. Haga escuela. Ríase de las tonterías del Echolink y de los repetidores de VHF, que no sirven apenas para nada. ¡Viva usted la radioafición!
Buena suerte y buenos DX.
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* Correo-e: ea3ddk@teleline.es