ORIENTACIONES PARA EL RECIEN LLEGADO A LA RADIO
Clases de antenas
La gran duda que se plantea el recién llegado a la radioafición es qué tipo de antena será más adecuado para él. Por supuesto que en esta decisión influirán principalmente factores poco o más técnicos, como pueden ser, por ejemplo, los problemas presupuestarios o económicos, así como los que se derivan de las limitaciones de espacio en el terrado para colocarla.
Vamos pues a clasificarlas técnicamente y a ver las ventajas de unas otras. Empecemos por la onda corta o HF —High Frequency- (frecuencias elevadas).
Podemos dividir todas las antenas en dos grandes grupos: verticales por un lado y horizontales por otro.
Puntualicemos primero que la polarización de la emisión y recepción no tiene importancia en onda corta, pues esta polarización cambia de una forma aleatoria al rebotar las ondas electromagnéticas en la ionosfera. Todas las comunicaciones de HF se efectúan gracias al rebote en la ionosfera, puesto que no se utilizan generalmente para hacer contactos locales sino a larga distancia (DX), por lo que la polarización no influye en principio en el rendimiento de la estación.
Pero cuidado, que sí importa en una antena vertical el que la radiación sea generalmente omnidireccional. Esto, que podría parecer una ventaja, es un gran inconveniente, pues las antenas verticales recogen ruidos omnidireccionalmente, o sea de todas las direcciones del espacio. En este aspecto son más aconsejables en el campo, donde hay poco ruido, que en la ciudad que está llena. de parásitos industriales.
Por otra parte, la instalación de una antena vertical es menos aparatosa y puede realizarse de forma más discreta, aspecto muy importante para los que tienen la desgracia de tener vecinos muy suspicaces a su alrededor.
Hay un gran equívoco en las antenas verticales fomentado por las casas vendedoras y por los fabricantes americanos. Este equívoco es la afirmación de que no necesitan radiales. Una vertical es una semiantena o media antena. Siempre necesita otra media antena de forma que actúe como lo que podemos llamar contraantena. Si la montamos en un suelo de tierra-tierra, o en el suelo-suelo, sí que podemos conseguir que el suelo se comporte como contraantena. Pero eso jamás ocurre en un edificio de varias plantas, ni en un terrado, ni siquiera en un edificio de una planta con un cable que baje a tierra. Nunca esa tierra será tierra-tierra O contraantena. Siempre será preciso proporcionarle un sistema de radiales a esa vertical que no está montada en el suelo-suelo, ya sea en forma de radiales de cuarto de onda, por lo menos uno por banda (lo correcto son dos iguales y opuestos por banda), o por medio de radiales acortados con bobinas que ya llevan incorporados algunas antenas verticales modernas, especialmente las japonesas. Eso hace que las verticales no ocupen tan poco espacio en HF como se suponía en un principio, pero las que los llevan ya incorporados se pueden montar en un pequeño mástil de tres metros de altura y dos bridas.
Las antenas verticales son ideales para telegrafistas, puesto que éstos pueden compensar la mayor cantidad de ruido que entra por la antena, utilizando el filtro especial de CW que disminuye el ancho de banda recibido y el ruido captado.
El ángulo de radiación vertical de las antenas verticales es bastante bajo, y funcionan mejor para DX que para distancias cortas.
Vista parcial de la instalación de EA3VY, un gran investigador en antenas. La fotografía nos muestra antenas de polarización horizontal y vertical
Como conclusión final se puede decir que la vertical es una antena sencilla, bastante económica y de fácil instalación que proporciona buenas satisfacciones al que empieza y es una antena para toda la vida para telegrafistas. En cuanto a prestaciones podríamos decir que da la impresión de transmitir mejor de lo que recibe, o sea que todo aquel a quien nosotros escuchemos forzosamente tiene que oírnos.
KB4BAS, Bill, un ingeniero de Tennesse (EE.UU.) que a los 67 años de edad entra en el mundo de la radioafición. Bienvenido amigo.
Las antenas horizontales tienen la enorme ventaja económica de que pueden realizarse con cable de cobre sin ningún problema y con un coste mínimo.
Pero, antes de continuar con sus grandes virtudes, destaquemos un pequeño inconveniente: las antenas horizontales, para que radien con ángulos bajos de radiación (los más deseables para buenos DX) necesitan estar colocadas a considerable altura.
Se recomienda que se coloquen, como mínimo de los mínimos, a más de media longitud de onda de altura sobre la superficie inmediatamente debajo de la antena. Por ejemplo, una antena para 10, 15 y 20 metros no debe estar a menos de 10 metros de la superficie más cercana debajo de la antena.
Como hemos anticipado anteriormente, la antena más barata del mundo es un dipolo horizontal. Y se puede conectar en paralelo con una misma bajada varios dipolos de distintas frecuencias, sin que se afecten entre sí. Los dipolos funcionan también en los armónicos impares, así que un dipolo para 40 metros funciona también para 15 metros.
También se pueden montar con un solo mástil en el centro y adoptan entonces la forma de una V invertida. En este caso los extremos de los dipolos, prolongados convenientemente con aisladores, pueden servir de vientos o tensores al mástil central vertical.
Una variante del dipolo que funciona bien en los armónicos pares es la llamada Windom con bajada conectada a un tercio. Una Windom para 80 metros, carga bien en 40, 20 y 10 metros.
Finalmente, antes de comentar sobre las directivas, recordemos las antenas con trampas, propiamente llamadas W3DZZ (que fue su inventor) y vulgarmente llamadas «choriceras» en este país.
Conclusión sobre las antenas horizontales con cables: buenas, bonitas y baratas, pero deben estar altas.
Las reinas de las antenas horizontales son las directivas de las que hay dos modelos, las Yagis y las cúbicas. Las primeras (Yagis), generalmente comerciales y de construcción casera difícil, y las segundas (cúbicas), generalmente de construcción casera.
Todas tienen la gran ventaja de la directividad, que multiplica la potencia de transmisión concentrando la energía radiada en una dirección del espacio, al tiempo que reducen los ruidos que se captarían en recepción de otras direcciones. Antenas imprescindibles para el aficionado al DX de verdad.
Inconvenientes, sobre todo económicos: el rotor para dirigirla, sólo al alcance de presupuestos fuertes; la torreta necesaria para aguantarla que añade bastante más al coste, puesto que aquí sí que sería un error montarla más baja de lo aconsejable. Pero un sueño en cuanto a resultados, tanto en recepción como en transmisión.
En un próximo artículo explicaremos algo más sobre el tema.
73, Luis, EA3OG
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* Apartado de correos 25. Barcelona